J L: ¡Oh Yoko! Como la canción del álbum “Imagine”.
(Esta vez se trataba de las palabras que salían de la boca de John Lennon desde el otro lado de la cocina cuando él se enteró que los chocolates que tenía guardados en secreto Yoko los había botado. Estar en esta casa me recordaba mi infancia. Yoko se portaba muchas veces como la mamá de John, le decía qué hacer y qué no. Tal vez por eso eran tan unidos. Con la muerte de su madre siempre tuvo ese sentido de soledad. Él con su carita de resignación que terminaba con una ligera sonrisa, terminaba accediendo a las ideas de ella. Pero en fin, eso es el amor. A veces me sentaba con ellos a escuchar música o a grabar canciones. Aunque no tengo mucho sentido musical y menos oído me gustaba pasar el tiempo con ellos).
JL: “In the middle of the night. In the middle of the night I call your name….”
(Empezó a cantar John moviendo las manos y cerrando los ojos. Acercándose a Yoko que estaba en el sofa).
JL: Ven y siéntate acá Reinemer
(En ocasiones me parecía un regaño. Pero me estaba acostumbrando).
Y: En la silla de allá.
(Yoko y John estrecharon su mano. Yoko sí que era mandona. Me llamaban Reinemer porque se les dificultaba pronunciar mi nombre y primer apellido, sin embargo Yoko siempre lo decía diferente, con una e de más o una e de menos…).
Y: Ya es hora que consigas tu Lennon
(Solté una risa)
YO: Falta mucho para eso. Esa intensidad que tienen ustedes no se consigue a la vuelta de la esquina. Le dije yo. Tampoco existe una persona capaz de aguantarme.
(Soltaron una risita, asintiendo a lo que decía)
J L: Hoy tengo muchos pensamientos en la cabeza. Da Da Da Da.
(Tarareaba)
J L: Desahogarme. Escribir. Cantar. Vamos a dar una vuelta.
(Gritaba él cada palabra, subiendo cada vez más el tono, con una sonrisa y los brazos levantados. Cruzó la pierna, pensó algo y se paró).
J L: Nos fuimos.
(A John le encantaba pasar las tardes en el piano escribiendo cientos de canciones. Era catarsis. Se desahogaba y se veían las hojas de papel sobre el piano. Esa mañana. Como era de costumbre ellos salieron a caminar. Esta vez yo me ocupé de hacer su camino menos romántico).
J L: El camino sin amor que no conoce lugar de descanso…
Yoko: el pulso contraído del tiempo, el tremendo cansancio del alma…
(Bien hippies en ocasiones…)
YO: ¿Qué es eso? Ustedes sí que son bien pegajosos.
J L: Wilde, Oscar Wilde…
Yoko: ¿Es posible que aún hay gente que no sepa quién es?
YO: Bienvenidos a mi generación.
(Yoko y Lennon por un momento tuvieron una expresión de desilusión. A John le encantaba ese poeta porque pasó por mucho sufrimiento dentro del desarrollo de su arte y de sus pensamientos. Algo que tal vez le recordaría un poco a él, cuando se sentaba horas y horas escribiendo en plena soledad, canciones como “Mother”, reflejaba ese gran vacío que ahora Yoko suplía. Pero todo pasó cuando Lennon vio la cara de ella. Él le paso la mano por el pelo y le sonrió. Sí, ahí fui un hongo pintado. Pero cuando John está cerca de ella se le olvida todo su entorno. Si alguien me preguntara si creo que el amor existe. Me basaría en lo que he visto de ellos para saber que sí).
(Llegamos de nuevo a la casa. Yo me infiltre en su mini estudio para escuchar lo último que habían hecho. Me gustaba bastante la combinación que hacían musicalmente, cada uno interpretándola de forma diferente, eso sí, nada parecido a los Beatles. Cuando salí vi a John bien concentrado escribiendo algo en un papel, era bien activista. Me acerque y vaya sorpresa la que me lleve. Había hecho una caricatura de mí, sus ojos me veían bien fea, que más se puede esperar de una persona tan hipnotizada sentimentalmente. Solté una carcajada. El dibujo era una representación de mí como un hongo en el parque. Basado en un hecho real, claro está).
Yo: que buena representación de mí.
J L: Que más esperas de un gran caricaturista
Yoko: y eso que no te ha mostrado todos los que ha hecho de ti.
YO: no puedo esperar para verlos. Me imagino como serán. Así es el amor que ustedes tienen por mí, ¿no?
J L: en el arte es en donde mejor se puede expresar todos los pensamientos, sobre todo cuando se trata de sentimientos. Claramente Reinemer, nosotros te queremos, no te la pasarías acá metida.
(John parecía sufrir de doble personalidad. Uno era el que se le sentaba al lado a Yoko para que lo consintiera como un perro y claramente el otro era el que me hablaba a mí. Un lennon más seco, pero sensible, una de las combinaciones más raras de carácter que había visto en mi vida. ¿De dónde saldrá tanto talento artístico? Lo miro y lo miro y cada vez me parece más normal. Su aspecto nada del otro mundo, en ocasiones bastante desaliñado. De tanta imperfección surgen acercamientos a la perfección musical demasiado profundos).
YO: ya me tengo que ir, tengo que adelantar un trabajo de crónica.
J L: Esperaré mi chocolatico la próxima vez que vengas. No le digas nada a Yoko.
YO: El de siempre… yo veré la carpeta de caricaturas que me tendrás la próxima vez que venga para caminar con ustedes en el parque. Tal vez se sorprendan y ya haya encontrado a alguien en el camino. Así me dibujarás de forma diferente.
J L: Nada mejor que el amor.
(Me despedí. Así termino el día con John Lennon y Yoko Ono. Y yo, buscando el amor).
Carolina, es interesante ver que logras desmantelar a los personajes, pero no descuides la descripción. Cuando pasas tu historia a narrador periférico pierdes un poco de ritmo. En la entrevista con tu personaje haces un buen trabajo de investigación, espero que lo aproveches para la crónica final, acá el texto es un poco frío, y eso se puede mejorar en la crónica. Con Lennon, aunque el principio puede ser más organizado, ya logras recrear un ambiente en el que se desarrolla la entrevista y muestras que no sería una entrevista plana y poco interesante, porque él es el importante, aunque al final usas una frase que le das continuación al primer párrafo: "Así termino el día con John Lennon y Yoko Ono. Y yo, buscando el amor". Aún así, con esto pudiste ser más contundente, tal como te pasó con la frase de los tacones y los guayos. Puedes mejorar seguro.
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